28 septiembre 2005

By the face



Estamos de acuerdo en que el idioma es un ser vivo que va cambiando y evolucionando con los tiempos. Nuestros amigos de la RAE se atienen (lentamente) a los cambios en la forma de hablar de la calle y aprueban incluso admitir vocablos extranjeros para los que realmente no hay equivalente en nuestra lengua, como internet (por fin la incluisteis, colegas) y otros tantos sobre todo de ámbito técnico.

Pero por mucho que la forma de hablar cambie, hay algunas palabras y expresiones que simplemente me parece estúpido que se usen como se usan. Sobre todo las que se copian sin más del inglés, teniendo equivalente en español, o incluso se adaptan en plan cutre (cutre está admitido por la RAE con este uso). Los usuarios informáticos se llevan la palma: hay muchos que no entienden de extraer, cifrar, reanudar, quitar, romper, asaltar, registrar, conversar o enlazar, sino de (uf) ripear, encriptar, resumir, remover, crackear, hackear, loguear, chatear o linkear. Y el atentado idiomático que más me puede de todos: el dichoso BY. Yo me meo en el puto BY. En foros, en páginas web, en los archivos de la mula, en todas partes, para poner el autor de algo se usa BY en vez de POR. Pudiendo decir "Vídeo chorra, por Juanito" van y perpetran "Vídeo chorra, by Juanito" (chorra sale en el diccionario), o por ejemplo, alguien de nick Pendejo (por ejemplo) colabora en una página con un artículo y pone "Nombre del artículo, by Pendejo". ¡Argh! ¿pero POR QUÉ? ¿es realmente necesario hacerse el guay (también admitido por la RAE) poniendo gratuitamente palabras en inglés? ¿está de moda el espanglish de Florida? ¿es una demostración de estatus o algo? (estatus, con e al principio, también lo admite la RAE) Nada de eso, es simplemente una gilipollez. Patadas al diccionario por la cara. O by the face.

Con lo del lenguaje tipo SMS intentaré ser breve, porque eso sí que es "pa habernos matao". A ver si nos enteramos: ¡1 TxT aSi sKRiTo N PLaN SMS CMnDoSe LTras y aLTRNaND MaYs S SNcLLaMNT iLGBLe! Y además es una chorrada (palabra también recogida en el diccionario) sin más sentido que el agredir a la vista. Para jeroglíficos ya tenemos los de los antiguos egipcios, gracias. También suele ser útil para que te entiendan no escribir como se habla. No es lo mismo un texto que el sonido de la voz. Y no tienen por qué ser lo mismo. Escribir "con acento" sólo tiene gracia en los chat. Por cierto, seguro que algún día admitirán el vocablo chat, no como conversación sino como sistema de conversación escrita distribuida a través de redes informáticas (sic). De momento para los no entendidos eso del chat sólo es un país del África negra, y para la RAE chatear es tomarse unos vinos.

Venga, ya podéis llamarme talibán del lenguaje. Porque encima hay una resistencia establecida contra el deseo de conservarlo, será que desobedecer a la Academia está de moda (a la de la Lengua, no a la de OT). Y una moda puede más que hacernos entender mejor unos a otros. Yo es que lo flipo. (flipar también está aceptado por la RAE). Pero dejo de fliparlo cuando recuerdo lo de la LOGSE, la larga tradición de hacer los doblajes de las películas de cualquier manera y la mala fama de ese objeto desconocido para este país, casi extraterrestre, llamado libro. Es más, con eso me lo explico todo.

PD: señores de la RAE, eso de que el whisky haya que escribirlo como güisqui, por ahí sí que no paso...

24 julio 2005

Comunicado: el verano es lo que tiene

Habrán podido comprobar nuestros lectores que la actualización de este espacio sigue un ritmo pausado y tranquilo, por no decir lento. Lo sabemos, lo reconocemos, y somos plenamente conscientes de ello. Pero al fin y al cabo es verano y muchos de nuestros potenciales lectores (y nosotros mismos) se encontrarán disfrutando de sus vacaciones. Y no creo que nadie esté pensando en abandonar la tumbona o el chiringuito sólo para visitarnos en el cibercafé de la localidad costera de turno. ¿O sí que hay alguien que lo haga? Y perdonen la generalización, pero si según la televisión todos veraneamos en la playa y todos cogemos la autovía del Levante los días 1 y 15 de julio y agosto, no vamos a ser nosotros los que lo desmintamos ahora. Si acaso otro día.

Pues a lo que íbamos, una sucesión de salidas breves de vacaciones, trabajos esporádicos y vida social, y a veces todo a la vez, nos tienen entretenidos últimamente a los dos perpetradores de ésto. Y hay que añadir la dificultad que presupone el no poder vernos (físicamente, pues aún queda uno de nosotros sin internet en su hogar) tanto como quisiéramos para tratar los temas que merecen nuestro comentario. Porque haberlos los hay, eso sí.

Queremos pues pedir la paciencia de nuestros lectores y, si es el caso, desearles unas felices vacaciones. Que para una vez que no tienen que obedecer a un negrero, organizar sus cuadrillas de esclavos, cumplir con sus siempre insatisfechos clientes o pedir de rodillas un empleo para ser explotado (elija cada cual el caso que mejor proceda), eso es para disfrutarlo, que el resto del año no da tiempo a vivir. Y por lo que se ve, a pensar tampoco. (Aquí también generalizamos, por supuesto, generalizar es el deporte nacional).

Volveremos muy pronto, tan pronto como podamos y/o nos lo permitan. Tenemos varios temas en el matadero, listos para destripar y hacerlos filetes. Mientras tanto, quien tenga tiempo puede aprovechar para leer las historietas del archivo y comentarlas. Y descuiden, que sabemos cuándo se deja un comentario en alguna parte, y los leemos todos. Y con suerte, nos uniremos a la conversación.

Atentamente,

La Gerencia

06 julio 2005

Nigromancia rosa

Niños y niñas, esta vez vengo con buenas noticias (o al menos eso creo).

Y es que por fin he dado con el método idóneo para ganar dinero de manera fácil y rápida, sin incomodar a nadie y con la total aceptación del pueblo español, quien, en su infalible juicio, califica los actos ajenos (públicos y privados) como moralmente aceptables o no, en base a algo que hemos dado en llamar “sentido común”.

Decía que he hallado la solución a mis problemas económicos, y la comparto con vosotros porque, considerándome parte de la conciencia silenciosa de esta ciudad, creo que es mi deber ayudar a mis semejantes. Por eso, si existe ahí afuera algún alma emprendedora que necesite dinero urgentemente, que tome nota.

Basta con elegir al azar algún personaje famoso ya fallecido, inventar una copiosa lista de trapos sucios a cual más jugoso e irse a la televisión a ventilarlos con voz compungida y cara de póker. Da igual que lo que se diga sea cierto o no, a fin de cuentas a nadie le importa y, como dijo alguien, “la mierda vende”.

Confío en que la gran mayoría de vosotros habrá podido atrapar la fina y malintencionada ironía que destilaban estos párrafos. Por supuesto, lejos de mí la intención de hollar la memoria de un difunto. Pero, no sé, tenía ganas de empezar con sarcasmo. Lo siento, hoy tengo el día.
Hablando en serio, yo quiero saber . Yo inquiero. Desearía que alguien me explicase por qué demontre somos el único país de Europa dónde es absolutamente imprescindible ser un hortera o un impresentable para triunfar en los medios. (No cuento a los Estados Unidos porque eso ya les viene con la partida de nacimiento en la gran mayoría de los casos.) Mi viperina lengua es insaciable y ya dedicaré un articulo, en la extensión que se merece, al grueso de la telebasura de hoy. Pero, en este texto en particular, quisiera con el permiso del pueblo centrarme en el aspecto de los famosos difuntos, o “Como derrumbar cobarde e impunemente una leyenda ahora que no se puede defender”.

Por supuesto, este ataque va dirigido expresa y exclusivamente a los famosetes de medio pelo que lo son, irónicamente, porque nosotros los hemos puesto ahí, y no por méritos propios, y a la tan cacareada “prensa del corazón” que les ríe las gracias y los encumbra a la vez que los está crucificando, dejando al margen de mi embate a aquellos y aquellas que figuran en el panorama público porque su trabajo se lo ha posibilitado. Pero no es este, repito, el motivo que me lleva a desnudar los colmillos, sino la cobardía inherente a la venta de tramas públicas más o menos innecesarias con que nos alegran la vida en los medios.

Ahora está de moda atacar impune y vilmente a folklóricas fallecidas (precisamente en el aniversario de su muerte) con amantes secretos, divas desaparecidas cuyas asistentas se toman muy en serio eso de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo” sin ningún respeto por aquellos familiares que puedan sentirse heridos, actores y actrices que ahora tienen un oscuro pasado de drogas y lujuria (que, francamente, muerto el afectado ni le duele ni nos importa) y todo parece apuntar a una nueva estratagema mediática dirigida a empañar la imagen pública y la cuasi leyenda que representan las victimas para vender más basura a los teleborregos que se la tragan sin chistar, contentos de tener polémica animando sus vidas para sentirse más realizados a la hora de poner los garbanzos en remojo o irse al bar a echar unas cañitas.

Es una estrategia perfecta: El objetivo no puede defenderse, el público no parece quejarse, y el Alto Mando que ordena o permite estos ataques cuenta en sus filas con expertos y reconocidos periodistas cuya integridad está fuera de toda duda: Ex - presidiarios cocainómanos con médicos privados que les racionan la dosis, insensibles investigadoras que ahondan en la herida de una hija muerta, personajes que parecen jugar a ver quien grita más alto, y por supuesto, la elevada dosis de intelectualismo que aportan los concursantes de Gran Hermano, por cierto, los que perdieron, porque los ganadores no parecen tener la necesidad de ganar dinero como sea. A ver si va a resultar que la pobreza provoca una ciega sed de fama cueste lo que cueste.

Asistimos, niños y niñas, a una disección selectiva retransmitida por televisión cada semana y no parece importarnos. El país parece haber retrocedido a los tiempos del César, donde el populacho rugía de ansia ante la inminente ejecución del gladiador, pero ya no tenemos “Pan y circo”, sino colesterol y chabacanería. ¿Pero que falta de respeto es ésta, atacar a los muertos para vender programas y hacerlo impunemente porque no se pueden defender? ¿A dónde vamos a llegar, me pregunto inquieto en el silencio de mi habitación?

Acaso vendrá, creo yo, porque desde la aparición en la pequeña pantalla de “Los Lunnis”, la audiencia infantil va camino, lentamente, de recuperar su inocencia, y ya no son consumidores en potencia de historias morbosas que no les importan. Por eso hay que ser innoble y agitar la parte más hedionda del alma de las masas: Si no podemos pervertirlos de pequeños, aprovechemos lo que queda de sus mayores. Porque es tan fácil y tan cómodo estar sentado en la tribuna de la acusación, apuñalar sin comedimiento ni piedad a cualquiera que pise el foso y encima vivir de eso... Asco, me da asco muchas veces la clase de personas que mandan en este país, quienes en teoría deberían dar ejemplo.

Llegados aquí, la pregunta de siempre, el corolario final a mis artículos, la interrogación abierta para las mentes despiertas de mis niños y niñas: Si cogiéramos al azar a cualquiera de esos periodistas del corazón, presentadores, o sin irnos tan alto, a cualquier vecina del bloque, chafardera y cotilla metomentodo como ella sola, icono viviente de la España de los rulos y la bata color rosa, y le hiciéramos lo mismo preguntándole acerca de los entresijos más íntimos de su familia, o de si era verdad que su abuelo tuvo un amante en el cuartel en la figura del nuevo cabo, o si es cierto que su madre se la pegó a su padre la noche de la verbena del barrio, digo, ésta persona que vive en sus carnes el doloroso trance de pasar de inquisidor a acusado nos miraría con abierto odio y nos preguntaría que a nosotros qué demonios nos importa su vida, y que quienes somos nosotros para hablar así de sus muertos. Y tendría toda la razón.

Pero, ¿Y quienes son ellos?

Lord Lasombra

19 junio 2005

La casa de la pradera


La casa de la pradera: dicese de una magnífica serie televisiva de hace unos años, cuando el Telefunken y demás, que narraba las entrañables peripecias y aventuras de una familia como Dios manda.

Quizás ese sea el ideal que movilizó a cien mil personas (dicen ellos que fueron un millón, lo que no se sabe es dónde estaban escondidas las otras novecientas mil) para manifestarse ayer por la tarde en Madrid. En plan festivo y encantados de haberse conocido, muchas familias como Dios manda salieron a la calle en una manifa autorizada, para darnos una soberana lección a todos los demás de cómo hay que vivir como Dios manda. Vaya, ya me ha surgido la primera duda: ¿Qué hacían allí escoltándoles los adláteres de la Iglesia si su voto les impide tener una familia? ¿Dónde está eso de "predicar con el ejemplo"? Bueno, da igual. La Iglesia da para muchos litros de tinta, y quiero darles un respiro después de lo del otro día. Yo pecador.

A lo que iba. Pues eso, que ayer Madrid se convirtió en la casa de la pradera. Con guiñoles y payasos y todo. Sí, de los que entretienen a los niños también había. Allí estaban todos ellos, todos los que dicen vivir (en la realidad ya veremos) en adorables y felices núcleos familiares de los de bendecir la mesa, ir a misa todos juntitos de la mano, y con la mujer en casa haciéndose cargo de los niños y poniéndole al marido las zapatillas al pie del sofá, para cuando vuelva de su honrado trabajo. Del bufete o de la consulta, no del tajo ni del taller, eh, que una familia feliz por lo visto no ha lugar en la aún existente para ellos tercera clase. Allí estaban también todos los estamentos de la Iglesia, con los del Oppus a la cabeza, y con la presencia destacada de los muy cínicos entre los cínicos Angelito y Eduardito, Rouco "Torquemada" Varela, la Schlichting (tertuliana cómo no de la Cope que leyó el discursito), y posiblemente incluso Don Federico, que como los sábados no le toca dar su arenga de guerra en la Cope y le dijeron que eso iba contra los adoradores de Satán del PSOE, allá que se iría con su globito y sus cachorrillos. Y para darle el toque de humor, que no todo va a ser cagarse en los muertos del gobierno, una anónima y católica madre de familia aprovechó para saludar en los micrófonos de la prensa diciendo que ahora estamos peor que con Franco (cosa que no es novedad oirla) ¡pero en cuanto a libertad de expresión y en cuanto a libre albedrío!. Para partirse el culo. Uy, perdón, para partirse de risa. Yo pecador.

Pues eso, la media España que va con el crucifijo en una mano y el látigo en la otra, y a su decimonónica bola, se echó a la calle, hecho del que no se conocen precedentes desde que vivimos en pseudo-democracia. Lo que yo no sabía es que cien mil personas (más las novecientas mil invisibles) eran media España. Mientras tanto, la otra media asistía cerca de allí a un pasacalles carnavalero de Carlinhos Brown, supongo que buscando provocar a sus eminencias los obispos. Si es que eso de divertirse y vivir con alegría es ir provocando, coño. Pasarlo bien fuera del parque del Retiro es antipatriótico.

Concluyendo. La sociedad se hunde, sí, se va al carajo, se está ahogando en su propio absurdo. Ayer nos dijeron con globitos y con los niños en brazos (que aún sin comprender nada gritaban lo mismo que sus papis y mamis) que llega el apocalipsis con tanto maricón y tanta divorciada loca, con tanto soltero y tanta soltera, con tanto laicismo y tanta libertad. Lo que no dicen es que en el seno de las familias cristianas y como Dios manda es donde se generan los más grandes de los traumas, las frustraciones y las miserias, y que en los colegios religiosos siguen teniendo bastante ventaja frente a la escuela pública y laica en cuanto a generación de ateos. Sí que acabaron ayer por decir, veladamente y manipulando, que esa libertad que ellos defienden se ha de entender como su libertad, que no puede ser cualquiera, que ha de tener la homologación de Aenor y la bendición de Su Santidad para ejercerla. Las otras no valen. Rechace imitaciones, o algo así. Pues sí, se acerca el apocalipsis, y nos lo traen los mismos que nos la anuncian, exactamente los mismos. Ésto va a implosionar pero ya. Como no se puede hacer otra cosa, yo me pido una entrada de palco para ver la apertura del séptimo sello, aunque sea por reventa.