31 mayo 2005

Derribando mitos (I)

Dentro de la cultura planetaria hay cosas que se dan por sentadas universalmente y a las que nunca, jamás, se ponen trabas. Cosas a las que llevarles la contraria es en sí mismo un aplastante tabú. Así que voy a ser yo el primero que lo haga, que yo conozca. Me divierte eso de no pasar por el aro. Hoy me centraré en tres de los más grandes de entre los grandes mitos, esos que ahora se sientan a la misma mesa que Zeus, Afrodita, Cronos o Poseidón. Como mínimo. Y los más grandes de los mitos tienen algo en común: la intervención de la cultura norteamericana, perdón, la cultura global, y su conversión en enormes fuentes de dinero.

* Elvis Presley, el rey del Rock and Roll.
Elvis lo único meritorio que hizo fue ponerse un tupé, ensayar un juego de caderas y ser muy buen músico, eso sí. Mejor cantante que actor. Porque lo que le elevó al eterno olimpo, aparte de morir con sólo 42 años de edad, fue nada más y nada menos que sacarse junto con Bill Haley el rock'n'roll de la manga y convertirlo en contracultura americana. Menuda patraña. Lo único que hizo fue robar música a los negros, hacer un chascarrillo bailable a base de folk, blues y jazz, y quedárselo para los blancos, en una sociedad donde había aseos separados en tres categorías: hombres, mujeres y negros. El puro triunfo del racismo, quitar todo mérito a la riquísima cultura afroamericana y hacerla pasar como algo propio de los "wasp". Algo que llevaba gestándose medio siglo no se elevó a la categoría de cultura hasta que no lo puso un blanquito en circulación, triste pero cierto. Lo mismo que Eminem con el rap, salvo que éste último está vivo y seguramente cuando muera no habrá gente queriendo ser abducida por ovnis para conocerle.


* Marilyn Monroe, el icono sexual del siglo XX.
O no, ¿no? A mí sinceramente nunca me ha gustado su cara. Ni me pone especialmente su silueta (no más que otras tantas) ni me resulta tan mítica ni erótica la escena esa del vestido sobre el túnel del metro. Sí, Marilyn Monroe tenía su aquel físicamente, o eso dicen; era una gran actriz, eso sí, una no tan buena cantante (al revés que Elvis, qué irónico), pero ¿qué la hizo inmortal? ¿Que la fama la tenía en una constante depresión? ¿Que tomaba somníferos para dormir a un elefante? ¿Que se enrolló con Kennedy justo antes de su asesinato? ¿Que falleció a los 36 años? (morir joven es muy rentable, amigos) ¿Que en realidad se llamaba Norma Jean? No sé, yo creo que quizás fue una lenta y bien perpetrada campaña de propaganda de su figura, una vez muerta, de la cual saldrían ganando las grandes productoras de Hollywood y la CMG Worldwide que convirtió su bello cadáver en una propiedad intelectual y una marca registrada, igual que hizo con James Dean, el rubio alter-ego masculino de la rubia platino. Mítico márketing, y mítica exaltación del "wasp" americano.


* San Nicolás de Bari, y su metamorfosis total.

Érase una vez un obispo de la época romana tardía, nacido en la actual Turquía allá por el siglo IV. Heredero de una gran fortuna, hacía el bien a sus semejantes repartiendo sus riquezas y gastándolas con ingenio. Y como todos los santos, subió a los altares por sus supuestos milagros (no me meteré en cuestiones de fe) y lo demás vino solo: los rusos lo adoptaron como santo patrón nacional, los marineros del Mediterráneo Oriental ídem de lo mismo, y los milagros relacionados con la resurrección de niños le hicieron el santo protector de la infancia. Efectivamente, no es otro que Santa Claus, el gran icono de la navidad yanki, y por tanto del resto del mundo.

Pero ¿sabían ustedes que...
...su festividad se celebra el 6 de diciembre y no el 25?
...como obispo que era no se vestía de rojo, sino con un hábito blanco?
...una parte de las leyendas originarias le describen volando de tejado en tejado repartiendo regalos, pero montado en un corcel gris y no en un trineo tirado por renos?
...esa misma leyenda cuenta que sus regalos los entregaba entrando por las ventanas de las casas y no por las chimeneas?
...las leyendas arriba mencionadas se bifurcaron y diversificaron a lo largo y ancho del mundo cristiano durande la edad media?

Entonces, ¿cómo es posible que le concibamos como le concebimos, tan distinto al personaje que realmente fue, y con una leyenda más distorsionada de la cuenta? La respuesta, una lenta metamorfosis:
- La parte de la tradición europea sobre San Nicolás que llevaron los primeros colonos holandeses de los Estados Unidos, fundadores de Nueva Amsterdam, más tarde Nueva York.
- Sendas obras literarias de Washington Irving y el poeta Clement Moore, publicadas allí en Nueva York en la primera mitad del siglo XIX, que describen a San Nicolás basándose en la tradición holandesa.
- Los grabados satíricos que de San Nicolás hizo Thomas Nast en la segunda mitad del siglo XIX, basándose en las obras de Irving y Moore. La naciente impresión a color le vistió de rojo, el color más llamativo de los primarios.


- Una campaña publicitaria de Coca-Cola allá por los años 30 que por manos del pintor Habdom Sundblom le vistió de nuevo de color rojo (color corporativo) y le puso su barba cana y larga y su cara de bonachón borracho, basándose en los grabados de Nast.


- Y por supuesto la magna industria de Hollywood haciendo el resto de la propaganda en las películas navideñas. Basándose, claro está, en la imagen impuesta por la compañía del brebaje gaseoso, que hacía (y sigue haciendo) product-placement de esa manera.

Y lo peor de todo, este engendro llamado Papá Noel o Santa Claus, que no se corresponde en nada con el santo del que se inspira, acaba imponiéndose a tradiciones locales como la de los "reyes magos de oriente" propia de esta parte del planeta desde donde desmitifico. Que aunque no tenga fundamento alguno, tradición propia sí que es. Será que el viejo gordinflón rojo sale más rentable. Debe ser un milagro, el milagro de la cultura americana. ¡Jou jou jou!

27 mayo 2005

Colega, ¿dónde he dejado mi sable de luz?


La Fuerza que supuestamente nos acompaña a todos no se iba a librar de la guillotina. En Planeta Absurdo hablamos de asuntos que no tienen más fundamento que la estupidez, y todo el universo (nunca mejor dicho) que ha generado la saga de Star Wars a su alrededor a lo largo de su historia no iba a ser menos, ahora que el tema está fresquito y rodando en las carteleras. Por última vez, esperemos.

Jamás una historia tan simplona, que se reduce básicamente a un argumento digno de la Disney en torno a los buenos y los malos, y a las aventuras de tres generaciones de una familia problemática aficionada a hacer turismo de planeta en planeta, había dado tanto juego. Combínalo con una atractiva fantasía intergaláctica, nombres imaginativos de personajes (todos son marcas registradas, por cierto) y un márketing agresivo, y tendrás el producto comercial por excelencia del siglo XX y parte del XXI.

En esta casa estamos convencidos de que quitando todo el asunto monetario y ciñéndonos a la serie de películas en sí, Star Wars no es más que lo arriba mencionado. No hay un argumento interesante ni un contenido dramático creíble, las cosas que se piden al cine decente; sólo hay mucho paisaje planetario bonito, acción en plan mosqueteros y en plan batallas por tierra y aire (en este caso espacio, pero sonido no deja de haber), y personajes pintorescos que se alegran de haberse conocido. Y un inconsistente hilo conductor, lo de los Jedi, la Fuerza y el Lado Oscuro y demás zarandajas, que mucho me temo que no dejan de ser una rudimentaria apología de la vida a la americana: los Jedi son los héroes de siempre, esos que los mediocres necesitan para ser defendidos; la Fuerza es el poder del patriotismo y la voluntad que te hace triunfar en la supuesta tierra de oportunidades que es el país de las barras y estrellas; y el lado oscuro es simplemete el miedo, el agarrotante e hiperventilado miedo americano al vecino o a uno mismo, ese que convierte a un pacífico granjero en un psycho-killer o un violador. O el miedo o el comunismo, vete a saber. Ambos los usan bien los yankis a su favor. Todo lo demás se puede ver en Bambi o La Sirenita, con una diferencia respecto a Disney: el hecho de la maternidad se manifiesta. (Se sabe que Walt Disney, entre otras tendencias psicóticas, prohibió la figura materna en todas las producciones de su compañía al sentirse culpable de la muerte de su madre. George Lucas en cambio no tiene esas neuras, o eso creemos.)

El poder de un producto comercial puede llegar a ser enorme, como las mismísimas galaxias. Lo de Star Wars ya no sólo se queda en la rentabilísima venta de las innumerables ediciones de los DVDs de las películas (para que te compres lo mismo tres veces, será), de juguetes (muñecos, naves, etc.) y de todo tipo de objetos con esta temática, sino que va mucho más alla de las tiendas. Es toda una forma de vida, por lo visto. Cientos de páginas de fans en Internet destripan y adoran la "compleja" trama que al parecer siguen las películas. En cada estreno de la segunda trilogía y en los reestrenos de la primera, cientos de flipados acudieron a la sala de cine, incluso sin ser carnaval, disfrazados como algunos de los personajes. Muchos son los que empapelan su habitación con pósters de Yoda, Luke, Leia o la Estrella de la Muerte, se disfrazan de Darth Vader en jalogüin, van por la vida en plan caballero Jedi incluso para comprar el pan y/o giran su vida en torno a toda esta parafernalia galáctica (y con ésto no me refiero a los hinchas del Real Madrid, que conste). Y todo este absurdo ha llegado a su cumbre en Australia, donde miles de sus habitantes no se declaran católicos, musulmanes ni budistas: su religión es la religión Jedi, y Yoda es su profeta. Y así lo quieren hacen constar en estadísticas y documentos oficiales, tras una absurda campaña iniciada hace cuatro años para que se reconociera como religión oficial. Casi nada. Sólo falta que el próximo terrorista que derrame sangre se considere Sith y declare que el lado oscuro se apoderó de él. Seguro que más de uno lo considera atenuante en el juicio.

Asi pues, niños y niñas, recordad siempre lo que dice George Lucas: que la fuerza del márketing os acompañe.

PD: no incluímos fotos de la saga porque somos así de chulos y pasamos de pagar royalties al mago de California. Los fans de todas formas tienen donde recrearse.

20 mayo 2005

Los blogs damos miedo


No vamos a ser pretenciosos, no sólo decimos que los blogs dan miedo por el espíritu que mueve a Planeta Absurdo. Empecemos por un "disclaimer" o desmentido: En este blog no comerciamos con noticias, sino con opiniones. Es más, no comerciamos, sino que las ofrecemos gratuitamente, sin pedir nada más a cambio que su lectura y los comentarios de quienes tengan a bien entrar. En un mundo en el que se trafica con absolutamente todo, hasta con la filosofía y la espiritualidad, los que comercian con noticias son los periodistas profesionales. Aquí no damos noticias. Las interpretamos subjetivamente, así como interpretamos otras cuestiones cotidianas, porque creemos que tenemos derecho a hacerlo.

Pero claro... hay una cosa innegable, y ya está empezando a olerse: a las esferas de poder los blogs les damos miedo. Y profetizo que no escatimarán en medios en su clásico afán de destruir nuestra libertad de pensamiento, una vez más. Los de arriba nos quieren a todos los ciudadanos iguales, pero iguales de subnormales, para que no tomemos conciencia y nos puedan usar más fácilmente como simples peones.

Y para ellos los blogs son un peligro. Todos los tipos de blogs. Digo esto porque los hay de varios tipos: los periodísticos, los anónimos, los diletantes, los creativos. Por una cosa u otra todos son una amenaza al "sistema" (recurrido término), a saber:

  • Los blogs creativos, artísticos, literarios, etc: dan miedo porque son focos de cultura, con más o menos mérito, eso es subjetivo, pero generan y respiran cultura. Y la cultura es libertad, y pensamiento propio. Y conocidos son todos los intentos de ahogar la cultura desde el poder, pues un pueblo inculto es un pueblo más manejable. Y les resulta tan fácil como promover que "la cultura no vende" (y sin embargo, se comercia con ella, qué paradoja).
  • Los blogs portavoz, como éste, son aquellos en los que algunos damos simple opinión. No damos noticias. Pero las opiniones que se salen de la norma son como moscas cojoneras para el poder. Son un peligro potencial de revolución, de movilización, de conciencia. Y eso no lo pueden tolerar.
  • Los blogs anónimos, como éste también, no hay qué explicar qué característica presentan en común, supongo. Es lo que les faltaba a los poderosos: que además de tocarles los cojones, no sepan quién lo está haciendo. Porque en cuanto lo saben, los hombres de negro vienen a tu puerta a callarte la puta boca. O te cortan el cable.
  • Los blogs periodísticos suelen pertenecer a profesionales de los medios, dando nombre y apellidos, que por no pasar por el aro editorial no tienen espacio en los medios "oficiales" públicos o privados. Los medios que en su día los dejaron fuera ahora los acusan de competencia desleal, y de poco sentido de la ética (manda cojones que eso lo digan ciertos medios) quizás temiendo que entre sus mismos compañeros de profesión puedan torcer su juego.

A pesar de tanto distingo, la generalización y unificación de todos los blogs de cara a la gran mentira de la opinión pública está comenzando ya. Blogs periodísticos y particulares, nominales y anónimos, creativos o pragmáticos, ya se sitúan al mismo nivel. Se ha hecho a la palabra "blog" o "bitácora" sinónima a la palabra "medio", y etiquetada de "quinto poder", "competencia desleal al periodismo", "foco de desorden", etc. Aunque tu blog sea para contar a tus amigos cómo fueron tus vacaciones en Egipto, es un foco de desorden. Aunque en tu blog hagas prosa acerca del canto de los cucos al alba, es un foco de desorden.

La maquinaria está bien engrasada, y lista para rodar. Las leyes proveen muchas excusas para matar la libertad de expresión: injurias y calumnias, amenazas, quebranto del honor, falsos testimonios, apología, y la más irrisoria e irónica: "ofensas contra otras libertades". Y no vemos mal que la ley las prevea, porque hay casos sangrantes, pero con buenos fiscales el abuso de estas cláusulas es factible. Y esos buenos fiscales sirven a los de arriba. Imaginemos por ejemplo que a uno le quieran empapelar por injurias y calumnias por decir que el presidente del gobierno no nos representa como debiera... no es tan descabellado pensarlo, ¿verdad? Los medios oficiales compran toda su libertad editorial, y pocas veces se ven procesos de este tipo contra ellos aunque a veces digan auténticas barbaridades, pero a los de a pie no nos llega para tenerla y estamos totalmente expuestos a sentarnos en un banquillo si acaso mostramos síntomas de conciencia propia. A más infraestructura, más carta blanca. A menos influencia, menos defensa.

Así pues, preparémonos para la implantación de nuevas leyes, que por ejemplo nos hagan identificarnos en los blogs con todos los datos, o que hagan pasar a todas las bitácoras por algún ente intermediario con potestad para resumir (censurar) o corregir (manipular) nuestros posts antes de publicarse. Internet puede volver a despertar a ostias de sus sueños de libertad. Los poderosos lo quieren todo a su servicio, e Internet no iba a ser menos. Nos tienen miedo.

19 mayo 2005

El Derby de los Diputados


Hace apenas una semana asistimos los españolitos a una nueva edición de esa comparsa con nombre peliculero, denominada "Debate sobre el estado de la Nación". Bien, efectivamente sólo es un nombre peliculero. Supuestamente es un debate y supuestamente tratan sobre cómo están las cosas en el país... pero hace ya unos años que este lamentable espectáculo más que un debate es un combate, y sí, tratan muchos temas acerca del país, pero del País Vasco, mayormente. Respecto a esto último, se va echando en falta una sección de actualidad vasca en todos los periódicos, pues por volumen de noticias quizás tenga muchas posibilidades de desbancar en número de páginas a los todopoderosos "Deportes", ya que ninguna otra sección (en especial la cada vez más marginada sección de "Cultura") es capaz de hacerlo. Cómo se titule dicha sección sería cosa de cada uno de los (dos y sólo dos) bandos editoriales de la prensa patria: unos lo llamarían "Euskadi" y otros "Vascongadas"...
Bueno, a lo que íbamos. Todo español que regrese del exilio después de pasarse media vida en Argentina o Francia, comprobará con estupor que lo de las dos españas aún no ha pasado a la historia. Dos bandos fieros, enemistosos e irreconciliables protagonizan toda la política del país de un tiempo a esta parte. Cada uno de ellos se cree propietario de la verdad y pone la mentira en la boca del contrario. Eso sí, es cuestión de estilos: a la derecha, un partido soberbio, clasista y de férrea disciplina que se atribuye para sí todos los éxitos atribuibles y culpa a "todos los que no son ellos" de todos los errores del mundo; y a la izquierda, un partido blandengue, desconcertante y caótico que no sigue rumbo alguno y que a fuerza de querer caer bien a todo el mundo, ya no vende nada a nadie. Y mientras esperan que los problemas de los ciudadanos se resuelvan solos (y quizás no nos quede otra alternativa algún día que el autogobierno cívico) los dos grandes partidos ocupan los asientos de las Cortes para perder el tiempo en tirarse cañonazos, en ver quién dice la burrada más gorda, en ver quién humilla mejor a quién, y en ver quién echa más culpa a quién sobre el problema vasco, los índices de paro, la caída de subvenciones de la teta europea o la muerte de Paquirri. De vez en cuando otros partidos intervienen como secundarios en la pantomima, pero siempre a un lado u otro de la valla. Y digo yo: ¿Por qué seguir aguantando tanta deshonra a esas artes políticas que inventaran en su día los griegos clásicos? ¿Por qué seguir llorando la triste pérdida de la dialéctica, la mayéutica y la elocuencia? ¿Por qué seguir leyendo y escuchando insultos, insidias y acusaciones de unos contra otros?
Tengo una propuesta para remediar todo esto: ¿Por qué no dirimen los dos "clubes" las diferencias con un partido de fútbol? Claro, ¡que se juege un derby entre los dos partidos mayoritarios! El Partido de los Partidos, eso sí que suena de película. Si el fútbol arrastra lo que arrastra y mueve la atención de tanta gente, ¡aprovechémoslo! Ya que ni fútbol ni política nos resuelven los problemas cotidianos, yo votaría por que al menos veamos un espectáculo galáctico de primera, que es menos tenso y más deportivo. Que se decida a base de goles y no a base de palos cuál de las dos Españas es la mejor. Imaginaos las previas del partido y las alineaciones de los dos equipos, con diputados, ministros, ex-ministros, alcaldes y militantes en general:

  • Club Atlético Socialista Obrero: Chaves en portería; Borrell, Solbes, Caldera y Bono en defensa; Almunia, Sevilla, Blanco y Moratinos en el medio campo; y Rubalcaba y Zapatero en la punta del ataque. Suplentes: Ibarra, Salgado, de la Vega, Monteseirín, Simancas e Imaz. Entrenador: Alfonso Guerra. Presidente: Felipe González.
  • Real Sociedad Deportiva Popular: Gallardón como portero; Aguirre, Trillo, Piqué y Del Castillo en la zaga; Arenas, Mayor Oreja, Zaplana y Cascos en el centro del campo; Rajoy y Acebes de delanteros. Suplentes: Teófila, San Gil, Fabra, Pío Cabanillas y Rato. Entrenador: José María Aznar. Presidente: Manuel Fraga.
  • Estadio: Congreso Arena, con capacidad para 30 millones de votantes. Árbitro: Ibarreche, del euskadiko-colegio. Asistido en bandas por Pujol y Carod Rovira.

Emocionante, trepidante, espectacular; ni un Barça-Real Madrid, ni un Milan-Inter, ni un Betis-Sevilla se pueden comparar con este gran Derby de los Diputados. Y que gane el mejor, o el que más afición tenga cada cuatro años.

18 mayo 2005

¡¡Dejemos vivir a la Blanca Paloma!!


Damas y caballeros, niños y niñas:
Ahora que no tengo sueño en esta bonita noche primaveral, voy a contaros un cuento. Un bonito cuento que está basado en un hecho real, como todos los cuentos (y si no, que se lo pregunten a la Cenicienta, por un lado, y a la actual Princesa de Asturias por el otro, y conste que no estoy insultando a nadie) y con una moraleja que está abierta a ser entendida, a ser menospreciada, que es lo más probable (y hasta me imagino por parte de quiénes) o incluso a ser ignorada, que es lo que suele ocurrir con todas aquellas cosas que nos hacen pensar: son enviadas directamente al olvido. (Por eso todo el mundo recuerda aún “Operación Triunfo”).
Por una serie de causas que no viene a cuento mencionar aquí, hace poco tuve la ocasión, podríamos decir que inesperada, de asistir a un oficio religioso en la mismísima catedral de esta bonita y decadente ciudad nuestra a la que tanto amo: Sevilla. Una misa casi repentina, puesto que los motivos que me habían llevado a pisar suelo santo (aparte de comprobar in situ si corría o no el riesgo de disolverme en humo y cenizas) no iban en ningún momento sublimados al hecho de asistir a una ceremonia religiosa, pero ahí estaba yo, finalmente, sentado en un banco de la capilla y escuchando, o tratando de entender, las palabras del padre.
Todo transcurría de manera normal, es decir, como debe transcurrir una misa que sigue su orden, hasta que el sacerdote pronunció una frase que me hizo sonreír, no ya de deliciosa perversión bienintencionada, sino de ironía y, por qué no decirlo, de tranquilidad. Es posible que la Iglesia no sea tan retrógrada y sedentaria como se ha presentado en los últimos años al común de los mortales.
Y ese momento indescriptible tuvo lugar cuando, como decía, el sacerdote pronunció muy tranquila y audiblemente las siguientes palabras mientras dirigía sus peticiones a la Virgen:
“Y perdona también, Madre, en tu infinita bondad y misericordia, las faltas de respeto y las muchas blasfemias que hacia tu imagen se perpetran en la peregrinación anual al santuario de la Virgen del Rocío.”
¿Qué me decís?
Uno no puede por menos que sorprenderse ante semejantes palabras de un sacerdote, tan cargadas de sinceridad, de realismo y de sentido común.
Porque, vamos a ser sinceros. ¿Alguien con un mínimo de cultura puede considerar como una “expresión de fe”, una “devoción mariana” en su concepto más sencillo, la atrocidad que cada año se lleva a cabo en Almonte, contando además con que gran parte de los vándalos, salvajes, bárbaros y otras tribus nómadas (literalmente, en este caso) que tienen su reunión en dicha festividad proceden de la Magna Hispalis? ¿Hay quien pueda negar el hecho de que una vez al año un puñado de la mal llamada “gente guapa” de la ciudad se lanza al campo a comportarse como caníbales en celo con la pálida excusa de la religión, siendo como son en teoría personas refinadas, con dinero y (se les supone) educación y estatus social elevado?
¿Acaso no habla por sí sola la imagen ya tradicional de la Virgen del Rocío asomándose ladeada, sacada poco más que por la fuerza de su ermita y víctima del forcejeo más bestial entre almonteños y foráneos por ver quien se la lleva más lejos del recorrido original que debería seguir, encima (colmo del sadismo más refinado) teniendo que soportar durante su tortura particular que el resto de mamones que no la están zarandeando como si fuera un pelele de feria le estén gritando “guapa, guapa” todo el maldito día?
Podría estarme horas soltando verdades sobre este tema, que me duele. Y no confundamos, que no estoy hablando ya de creencias religiosas sino de un comportamiento que considero bajo, despreciable e hipócrita. Y esas cosas son superiores a mí. No puedo tolerar que un grupo de personas se dediquen a arrastrar por el suelo una representación religiosa de considerable valor histórico, borrachos como hooligans, y digan que lo hacen por su religión, que luego canten sus alabanzas después de haberla vapuleado por todo el pueblo y encima los muy hipócritas lloren de emoción cuando se pronuncia su nombre en el bar, con los amigotes, entre tapa y tapa. Como persona, como criatura civilizada y con un raciocinio superior al de un mono, ni puedo ni debo consentirlo, y al demonio con el capillita de turno que venga a decirme lo contrario.
Eso NO es fe. Eso NO es religión. Eso NO es tampoco ni mucho menos una tradición. Eso es ser un caradura, un vividor, un embustero y un miserable, con todos mis respetos. O quizá sin ellos.
Si a alguien se le ocurriera tener la más mínima intención de tratar así a cualquiera de nuestras imágenes que salen en procesión en Semana Santa, mucho me temo que la cosa acabaría en los Juzgados, en Urgencias o, por qué no, en el Tanatorio. Que para eso somos una ciudad tranquila y un pueblo pacífico, de esa clase de gente culta y educada que no llegaría nunca a las manos con sus propios amigos o familiares por una discrepancia entre equipos de fútbol, por ejemplo.
Y sin embargo, aquí, nuestras imágenes religiosas nunca se asoman a la calle rodeadas de gente que se les sube encima o les trepa por los candelabros, y aún nadie ha visto al Jesús del Gran Poder avanzando de costado como un barco a medio hundirse, ni se ha tenido noticia de que La Macarena tuviera a su alrededor una panda de degenerados borrachos de fe (y de otras cosas) empujando a todos los que no son de Sevilla para que no se atrevan siquiera a respirar el mismo aire que los costaleros que la portan.
Porque eso sería una falta de respeto, de educación y una muestra de indignidad. Tanto hacia la imagen en sí como hacia los fieles que asisten a la procesión.
Yo creo que durante la conmemoración de la romería del Rocío, los asistentes celebran el misterio divino de la transformación por voluntad de Dios del mono en hombre, y para ello se comportan como el Ser de Atapuerca durante unos pocos días al año, con la total impunidad que dan las palabras “religión” y “dinero”. Ahora, además, a esa festividad anual del Rociero de Cromagnón se han sumado varios famosetes y semi-divas de Serie B que posan sonrientes y contentos, ellos y ellas, ante las cámaras que las plataformas de televisión envían para tomar constancia del multitudinario evento: “Yo también he sido siempre muy devota de la Virgen del Rocío” suelen declarar, alegremente, con el mentón aún goteando manzanilla y el aliento apestando a jamón de pata negra.
Ya, claro, muy devota, de eso no cabe duda.
¿Y eso lo descubriste antes o después de que se pusiera de moda ir al Rocío para ganar puntos en la prensa rosa, cariño? Porque si tan devota eres y tanto le debes, podrías, no sé, destinar algo de tus ganancias a mejorar las condiciones de la ermita, o al menos, a poner un mínimo de control y de cordura en la romería para que sea un poco menos de salvajes y un poco más de personas, ¿no te parece?
Alguien dijo una vez que si al Rocío le quitaran el vino, el jamón, las comilonas, el puterío, el cachondeo y las guitarras (o sea, todo el merchandising no oficial) y lo dejaran en una pura y simple peregrinación religiosa, como es el Camino de Santiago, no iría nadie. Y estoy seguro de que tenía toda la razón. ¿Alguno de esos pseudofamosillos y pseudofamosillas se tragaría días de caminata, polen y polvo campestre, dormiría al raso y se cruzaría a pié el famoso río Quema sin todo eso que hemos mencionado, amén de las cámaras? Pues se trata, recordemos, de un acto religioso, y pocas imágenes de famoso he visto yo en Santiago, en Lourdes o en la parroquia de su barrio, sin ir más lejos.
¿O incluso, algún sevillanito cualquiera, de los de dinero y el BMW en la puerta de casa, de los que van cada año a coleccionar medallas del Rocío (porque a fin de cuentas eso es lo que hace) seguiría mostrando su fé y su devoción yendo de peregrino como hay que ir, o sea, en silencio, meditando, poco más que a solas y ayunando por el camino?
Esa, niños y niñas, es la moraleja. Que seamos o no creyentes, lo que no se puede negar es que lo que toda esta adinerada y adorable panda de hijos de mala madre está haciendo con la Virgen del Rocío es poco más que prostituirla pública y alegremente, y a los ciudadanos con menos dinero pero más sentido común y probablemente con más clase nos importa un carajo y no hacemos nada siquiera por concienciar y dar ejemplo. Porque, dado el caso, podría ser que hubiera una afluencia de peregrinos después del Rocío, de esos que van a ver a la Blanca Paloma por pura devoción y no por figurar, y darles una patada en el ego a Borjamari el Bárbaro y sus amigos los rocieros de toda la vida.
Pero claro, y ésta es la Gran Pregunta Número Dos: ¿Quién demonios se acuerda de la Virgen del Rocío después de la romería, por muy devoto que sea? La respuesta ya la conocemos todos, por desgracia...

Lord Lasombra

17 mayo 2005

Empezar por el principio. Con todos ustedes: Lord Lasombra

Ladies and gentlemen.
Detesto tener que recurrir a una expresión tan utilizada y tan vista como la que voy a redactar a continuación, niños y niñas, pero considero que en este caso es más que necesaria si vosotros y yo vamos a tener que convivir, aún virtualmente, en este ambiente de blog durante sólo Dios y quien le escribe los guiones sabe cuanto tiempo. Así pues, y mal que me sepa tener que ser tan vulgar... Supongo que debo presentarme.
Bueno, ya está dicho, luego creo que puedo pasar al grueso de este documento, esto es, una noción básica de la otra mitad de los creadores del blog, si bien en mi caso tiré más al apartado teórico puesto que mi acceso a Internet es limitado, tanto como que no tengo ninguno propio.
El autor de algunos de los artículos que aparecerán en este blog, concretamente aquellos que vayan firmados con el pseudónimo que cierra esta presentación, decía, este personaje nació en Septiembre (Virgo de pura cepa) del último año de la década de los setenta, con lo que se perdió toda la moda de música disco, los pantalones de campana y el peinado a lo afro, gracias a Dios. Su infancia transcurrió de manera anormal, porque estamos hablando de una época en la que los padres aun se preocupaban de sus hijos, los profesores tenían autoridad sobre el alumnado y en la televisión ponían programas infantiles en horario de tarde. Soy de los pocos varones de este mundo que todavía recuerda Barrio Sésamo, El Kiosco, los dibujos animados de Hannah Barbera y los primeros programas de Megatrix, así que puedo considerarme poco menos que una leyenda urbana.
Todo ello incurrió en hacerle crecer en un ambiente familiar ya desaparecido en nuestra ciudad, y la tendencia a las hombreras, los colores chillones y los peinados estrafalarios propias de los ochenta tampoco se cebó en él. Ni siquiera la música, porque la palabra “Mecano” era sinónimo de un trío que hacía las canciones que sonaban en la radio cuando la ponía en marcha, y poco más. Yo pecador.
Han pasado veinticinco años, a fecha de hoy, desde que vine al mundo, y después de un somero balance puedo decir que estoy bastante orgulloso de lo que soy, es decir: Una persona con un mínimo de cultura y de inteligencia que, dadas las circunstancias sociales, me sitúa a un nivel casi de divinidad humana (todavía no he perdido la bella costumbre de leer, y soy capaz de escribir algo más que mi nombre y una fecha en una esquina del w.c.) que no está de acuerdo con nada y que pone absolutamente todo en tela de juicio. Prefiero pensar y después actuar, en lugar de actuar y después arrepentirme. Considero inaceptable cualquier comportamiento que no esté basado en la razón y la lógica, y eso me limita en cierta medida: soy demasiado racional, demasiado lógico, y analizo completamente todo cuanto me rodea, incluso las emociones. Alguna vez se me ha comparado con una estatua del parque por mi capacidad limitada de sentir emociones humanas, pero lo encuentro irrelevante. A las buenas educado, formal, cortés, correcto, dialogante y caballeroso, a las malas orgulloso, ácido, cáustico, radical, sincero, frío y calculador, no tolero errores ni propios ni ajenos, y estoy dispuesto a perdonar la maldad, pero nunca la estupidez. Eso me ha vuelto suspicaz, susceptible, arrogante y altanero (una brevísima explicación del por qué de mi pseudónimo, pero no dudo que habrá quien sepa realmente qué significa), pero a fin de cuentas no se abrió este blog para hacer amigos, sino para hacernos con la responsabilidad de expresar en voz alta una serie de pensamientos que espero haya mucha gente que comparta.
Vivimos, considero, en un planeta que no era absurdo de por sí sino hasta hace unos años. Creo que se trata de un cambio progresivo, que comenzó tras la “Era de Acuario” y ha llegado hasta nuestros días por pura dejadez y parsimonia ciudadana. Hoy, Sevilla, la gran ciudad que fue puerta de las Américas y cuna de grandes hombres y mujeres es un lugar casi post-apocalíptico: Manadas de simios vestidos de chándal Nike color blanco con gorras hincadas y más argollas que una libreta campan a sus anchas, merodeando como carroñeros amparados bajo la permisividad de la ley del menor; la lectura es casi tan infrecuente como la fidelidad de pareja; locales de ocio restringen la entrada a los clientes arbitrariamente en una ciudad donde el derecho de admisión no está completamente reconocido a ese respecto, mientras otros clubes exigen treinta euros y la fe de bautismo para entrar, amparados legalmente por sus propias mafias de empresarios y gente de dinero que inducen a las autoridades a mirar para otro lado, y los pobres tontos y tontas a quienes se niega la entrada no solamente no hacen nada al respecto, sino que a la semana siguiente vuelven a ir al mismo sitio porque les va el rollo sadomasoquista; la televisión nos educa y entretiene con basura fácil de digerir; nuestros famosos y famosas hacen gala de su glamour insultándose en voz alta en platós de televisión y a ver quien grita más fuerte que ese gana; freaks de diversa índole se convierten en estrellas mediáticas y jovencitas poco agraciadas vuelven a saborear las mieles de la humillación y el fracaso cuando de nuevo se les excluye en los castings de “Operación Triunfo” (todavía no han aprendido que, por muy bien que cantes, si no enseñas algo más que el tanga no podrás triunfar en ese mundillo) y no solamente lo admiten sino que se niegan a creer (a ver) que esto es un negocio; un melenas que no sabe siquiera abrir la boca sin que parezca que habla en navajo se lleva de calle todas las listas de éxitos y superventas con una canción absurda y fácil de bailar sólo porque gira más rápido que el demonio de Tasmania; la formula de “Gran Hermano” ha servido para hacer programas tan genéricos e iguales que parecen de marca “Hacendado”, y como efecto secundario nace el adicto a esos programuchos, ese fantoche idiota que se gasta el saldo en enviar sms’s a los teléfonos de turno para votar por alguien que no le debe nada y a quien no conocerá en su puñetera vida; y si tuviera más tiempo hablaría del spam, de las tribus urbanas de Sevilla, de la generación perdida, de Ana Obregón, de la Feria y la Semana Santa, del deporte, del fútbol, del Papa y la Iglesia...
Pero no dispongo de tanto tiempo ni de tanto espacio, al menos por ahora. Y por ser la primera vez, y una mera presentación, creo que vamos todos más que servidos. Así pues, niños y niñas, y con todo esto por delante, solamente me queda despedirme, desearme suerte a mí mismo, encantado de haber sido leído por quien fuere (sin discriminaciones y con mucho cariño, que conste) y simplemente acabar de una maldita vez, cerrando con una pregunta que se queda en el aire:
Visto lo visto, niños y niñas, ¿Existe alguna duda de que el hombre desciende del mono?

Lord Lasombra

16 mayo 2005

Altra Lliga que es va anar de Espanya



O lo que es lo mismo, otra Liga que se va de España. Que no se me entienda mal, no tengo nada en especial contra el catalanismo, ni contra el hecho de que un catalán se sienta catalán pero no español, catalán y español, alegre, triste, rey de su casa o rey del mundo. Allá cada uno con sus sentimientos. No voy a ser yo el que juzgue esas cosas, porque además no soy catalán y por tanto tengo más bien poco derecho de opinar sobre Cataluña (o Catalunya, como se prefiera) o sobre hechos diferenciales u otras historias por el estilo.
Pero vamos por partes: por muy poco futbolero que se sea, a poco que uno pegue la oreja al transistor sabrá que el F.C. Barcelona se ha proclamado matemáticamente campeón de la Liga española de fútbol en esta temporada 2004-05, con todo lo que ello conlleva mediáticamente. Por el fútbol en sí pasaré de puntillas, hay otros medios para aficionados y demás y no es la guerra de este texto.
Si bien nos da igual que la Liga la gane el Barcelona, el Real Madrid, el Zaragoza o el Getafe, lo que me llama la atención es la celebración que tuvo lugar anoche en el Camp Nou. A pesar de tratarse de un título nacional español, no se ha oido en todo el acto una sola palabra en castellano. Todo en catalán. Vale, perfecto, eso tiene un pase porque es una lengua oficial nacional y reconocida en la Constitución, pero lo gracioso viene después.
Fútbol y política hace mucho tiempo que son un matrimonio que no se divorcia ni aunque hoy en día sea más fácil que nunca. En las gradas y aficiones de los clubes siempre se ven símbolos y gestos políticos, pero ocurrió algo que no es de recibo: que los usen y lleven los deportistas. Ciertos jugadores del Barcelona aprovecharon el acto para hacer sus proclamas políticas: entre otros Gerard y Oleguer, que como si estuvieran en su casa saltaron al campo con una bandera catalana independentista. Y la guinda la puso Samuel Eto'o, máximo goleador del equipo y por ahora de la Liga, cuando repetidamente gritó sin más tapujos: "Madrid, cabrón, saluda al campeón". Es decir, siendo de Camerún, país que queda bastante lejos de Cataluña, lanzó una pedrada del todo incorrecta y poco elegante a la cara del mayor símbolo de "el monstruo opresor": nada menos que la capital de un país llamado España, a través de su club más representativo. Dejarlo todo dentro de lo deportivo y cantar algo así como "Madridistas llorones, saludad a los campeones", sea en castellano o en catalán, hubiera sido más adecuado. Con perdón de los madridistas, que lo tienen que estar pasando muy mal los pobres.
Así que todo el meollo se salió de lo deportivo por la tangente y se redujo a pura política, la cual no valoro porque no tengo ganas de hacer política de ningún signo. Lo que yo planteo es: ¿Era el momento y el lugar para eso? Puede que ellos pensaran que sí, por la repercusión mediática del evento en todo el país, pero yo creo que no, sinceramente. Ya puestos, podrían haber llamado a un tal Carod Rovira para que hiciera un mitin de los suyos. Que lo celebren como quieran, estamos en un país libre, pero creo que por ejemplo las proclamas de Eto'o (que supongo que le fueron dictadas "desde arriba") son una forma de generar polémica cuando no se debe, sin más ni menos. Hay formas y formas. Y más si se olvidan de los miles de seguidores del club en toda España, concretamente de los miles de aficionados que no hablan catalán ni son catalanes, sino de pueblos y ciudades desperdigados por toda la geografía, incluyendo Madrid. ¿A esos aficionados no les pertenece el título? ¿Sólo le pertenece a Cataluña y a los catalanes? En fin, más vale que estos "culés extranjeros" se hagan de un club de su ciudad, porque me temo que les han dejado fuera. Porque no era el momento para ciertas cosas. Para hacer política, o parodias de la misma, ya están el Congreso, el Senado, la Generalitat y la prensa.
Y no, no soy de Madrid.

12 mayo 2005

Spam, Hoax y Scam, los tres cerditos


De entre las cosas absurdas que tenemos que aguantar los usuarios de Internet, la que más destaca, por encima de lo que ha tardado este país en dejar de venderlo como artículo de lujo (como si la libertad de expresión sólo fuera para los más pudientes), es sin duda el SPAM. No descubrimos nada nuevo, suponemos, pero es que... ¿Por qué coño existe? ¿Acaso sirve para algo? ¿Conocen a alguien que les haga caso? cuando además de ser una molestia, generalmente hacen publicidad de cosas inverosímiles, medio mágicas o incluso ilegales, cosas que te venden a saber desde dónde o a saber qué, realmente, si es que llegan alguna vez. Creo que por muy barato que resulte, el spam no compensa a los criminales (sí, criminales, porque el spam ante todo es ilegal). Y en lo absurdo del asunto, está el empeño de los spammers por seguir dando por culo a pesar de todo: pones un filtro con palabras tipo "oem","software","viagra","earn money" y otras asociadas, y los muy cabrones cambian las letras de orden, pasando a venderte "stofwrae","vigara","lgela dgrsu" y otras lindezas con nombres de pueblos de Indonesia. El absurdo elevado al cuadrado. Y las formas de luchar contra él va por palos: desde el extremismo típico de "cortar los árboles para que no haya incendios", hasta consejos de aficionados, de grandes compañías, o incluso del mismísimo Gobierno, que los ciudadanos somos así de torpes. Por no mencionar las tan habituales supercruzadas, tanto de los defensores del Spam (hay que tener los huevos gordos, la verdad) como de los que como nosotros, están más que hartos.
Otro problema, según se mire, del correo electrónico, son los famosos Hoax: correos absurdos en sí mismos, que normalmente no hacen publicidad pero que lo menos que me causan son un descojone de los de romperme el diafragma. Característica muy común en los hoax es que tiene poderes mágicos, como Juan Tamariz o los triunfitos: te empapan de buenísima suerte a cambio de contarte un chiste sacado de Marqueze.net o pedirte rellenar un cuestionario de cualquier pollez, pero amigo, la buena suerte no es gratis: si no mandas el mensaje a 10 personas más en la hora siguiente se transforma en mala suerte, en plan adivina echándote el mal fario y que se te llenen los ojos de sal. Las posibilidades de la cibermagia negra son acojonantes: te puedes quedar sin empleo, o sin novia, o sin casa, y además puedes estar condenado a llenarte la mano de callos porque no vas a follar en años. La amenaza, como se puede ver, es de las de tocar donde duele... magia profesional.
Pero los Hoax que más me revientan son los típicos del niño con no se qué enfermedad terminal y que necesita fondos para operarse en Houston, y que hace un llamamiento a los receptores. Si el caso es transmitir una leyenda urbana como ésa, porque es lo que es siempre, sólo tienen que hacer la magia típica de los hoax, en este caso prometiendo que por cada persona a la que mandes el mensaje un dólar va para la causa. ¿Un dólar? ¿Siendo el supuesto niño enfermo de Albacete? y lo más misterioso... ¿de dónde cojones sale ese dólar? ¿Del proveedor? ¿Desde cuándo el proveedor es una ONG? Pero lo más descarado es cuando sin más vergüenza que la que perdieron te dan una cuenta bancaria para que hagas donativos... la vieja y sucia trampa de tocar la sensibilidad para sacar dinero. Y en este caso el Hoax se transforma en Scam: un fraude puro y duro. Si quieren despollarse como yo, en esta web tienen una completa lista de hoaxes, scams, y demás metralla. Y además, la actualizan. No tiene desperdicio. Y de regalo, una web argentina que profundiza en toda esta temática.
Conclusión: ¿sirve para algo ya el correo electrónico? Desde el invento de la mensajería instantánea, yo creo que no. El BBS y el Gopher esperan verlo de nuevo pronto en el cementerio de Internet.

11 mayo 2005

Con todos ustedes: el Capitán Morgan

Se presenta ante ustedes la primera mitad del equipo fundador de Planeta Absurdo. La Gerencia ha puesto generosa y altruistamente las preguntas. Aquí va el perfil (no se sabe si el izquierdo o el derecho) del sujeto en cuestión, es decir, de mí mismo:

  • Nombre de guerra: El Capitán Morgan. El origen de este nick es una marca de ron del más barato que se destila en algún lugar de La Mancha, y que en una ocasión tuvo efectos nefastos en mí. Mis amigos, los pocos que conservo, me llaman Morgan, que es más cómodo.

  • Nombre real: pregúntenle a la policía. Me tienen en sus archivos, por alguna parte. Una pista: me va a caducar el DNI a lo largo de este año.

  • Edad: nací allá por los últimos 70, cuando las cosas funcionaban: la televisión educaba, los padres hacían caso a sus hijos y en la escuela se aprendía a ser un ciudadano.

  • Sexo: con cierta frecuencia, afortunadamente.

  • Estado civil: correcto. Soy civil. Medio civilizado además, pero eso sólo según se mire.

  • Ocupación: en paro involuntario.


Llegados a este punto, la Gerencia observó que no estaba por la labor de responder seriamente a sus preguntas. Y a cambio de uno de esos sucedáneos de café de máquina, finalizaron el interrogatorio. Triste individuo, pensaron. Pero más triste es pedir...

Bueno, basta ya, por qué engañarnos... no, no hubo interrogatorio alguno, la Gerencia somos dos y ya nos conocemos bien. Y seamos claros, ya he dado más información de la necesaria. Pero como la información es lo que vende, aquí dejo algo más: no, no soy un periodista, ni un poeta, ni un informático, ni un freak, ni ningún otro tipo de persona clásicamente asociado a los blogs. De hecho, no soy ningún tipo de persona. Quizás un simple ciudadano dispuesto a repartir estopa en este blog. Porque vivimos en un planeta absurdo y algunos no pensamos callarnos sin más.

Y respecto a lo del nombre real, no es que no quiera dar la cara, pero antes que yo deberían darla muchos que tienen cosas que explicarnos y no lo hacen. Y además, qué cojones, ésto es Internet, un foro libre y democrático (cada vez menos) aunque tuviera un origen militar. Y ya sólo esto último me hace pensar que no debo revelar mi identidad...

Eso es todo por ahora. Pero volveré. Saludos o no.

Comunicado: inauguración del blog

Mediante el corte simbólico de la cinta de marras, tal y como lo hacen los políticos porque queda bonito, y aun a la espera de que sus miembros se incorporen, el equipo de Planeta Absurdo da por inaugurado este blog, en la presente fecha y con la bendición de Su Santidad, que algo tenía que hacer alguna vez el hombre con el poder que ostenta.

Sean todos bienvenidos, esperamos ser de utilidad para ustedes (para bien o para mal) y esperamos su regreso de vez en cuando, aunque eso, claro está, no depende de nosotros. Quizás sólo dependa de sus conciencias.

Atentamente,

La Gerencia