Derribando mitos (I)
* Elvis Presley, el rey del Rock and Roll.
Elvis lo único meritorio que hizo fue ponerse un tupé, ensayar un juego de caderas y ser muy buen músico, eso sí. Mejor cantante que actor. Porque lo que le elevó al eterno olimpo, aparte de morir con sólo 42 años de edad, fue nada más y nada menos que sacarse junto con Bill Haley el rock'n'roll de la manga y convertirlo en contracultura americana. Menuda patraña. Lo único que hizo fue robar música a los negros, hacer un chascarrillo bailable a base de folk, blues y jazz, y quedárselo para los blancos, en una sociedad donde había aseos separados en tres categorías: hombres, mujeres y negros. El puro triunfo del racismo, quitar todo mérito a la riquísima cultura afroamericana y hacerla pasar como algo propio de los "wasp". Algo que llevaba gestándose medio siglo no se elevó a la categoría de cultura hasta que no lo puso un blanquito en circulación, triste pero cierto. Lo mismo que Eminem con el rap, salvo que éste último está vivo y seguramente cuando muera no habrá gente queriendo ser abducida por ovnis para conocerle.
* Marilyn Monroe, el icono sexual del siglo XX.
O no, ¿no? A mí sinceramente nunca me ha gustado su cara. Ni me pone especialmente su silueta (no más que otras tantas) ni me resulta tan mítica ni erótica la escena esa del vestido sobre el túnel del metro. Sí, Marilyn Monroe tenía su aquel físicamente, o eso dicen; era una gran actriz, eso sí, una no tan buena cantante (al revés que Elvis, qué irónico), pero ¿qué la hizo inmortal? ¿Que la fama la tenía en una constante depresión? ¿Que tomaba somníferos para dormir a un elefante? ¿Que se enrolló con Kennedy justo antes de su asesinato? ¿Que falleció a los 36 años? (morir joven es muy rentable, amigos) ¿Que en realidad se llamaba Norma Jean? No sé, yo creo que quizás fue una lenta y bien perpetrada campaña de propaganda de su figura, una vez muerta, de la cual saldrían ganando las grandes productoras de Hollywood y la CMG Worldwide que convirtió su bello cadáver en una propiedad intelectual y una marca registrada, igual que hizo con James Dean, el rubio alter-ego masculino de la rubia platino. Mítico márketing, y mítica exaltación del "wasp" americano.

Sin embargo, Patricia Ford nos gusta más.
* San Nicolás de Bari, y su metamorfosis total.
Érase una vez un obispo de la época romana tardía, nacido en la actual Turquía allá por el siglo IV. Heredero de una gran fortuna, hacía el bien a sus semejantes repartiendo sus riquezas y gastándolas con ingenio. Y como todos los santos, subió a los altares por sus supuestos milagros (no me meteré en cuestiones de fe) y lo demás vino solo: los rusos lo adoptaron como santo patrón nacional, los marineros del Mediterráneo Oriental ídem de lo mismo, y los milagros relacionados con la resurrección de niños le hicieron el santo protector de la infancia. Efectivamente, no es otro que Santa Claus, el gran icono de la navidad yanki, y por tanto del resto del mundo.

San Nicolás de Bari, en una insólita versión estampita.
...su festividad se celebra el 6 de diciembre y no el 25?
...como obispo que era no se vestía de rojo, sino con un hábito blanco?
...una parte de las leyendas originarias le describen volando de tejado en tejado repartiendo regalos, pero montado en un corcel gris y no en un trineo tirado por renos?
...esa misma leyenda cuenta que sus regalos los entregaba entrando por las ventanas de las casas y no por las chimeneas?
...las leyendas arriba mencionadas se bifurcaron y diversificaron a lo largo y ancho del mundo cristiano durande la edad media?
Entonces, ¿cómo es posible que le concibamos como le concebimos, tan distinto al personaje que realmente fue, y con una leyenda más distorsionada de la cuenta? La respuesta, una lenta metamorfosis:
- La parte de la tradición europea sobre San Nicolás que llevaron los primeros colonos holandeses de los Estados Unidos, fundadores de Nueva Amsterdam, más tarde Nueva York.
- Sendas obras literarias de Washington Irving y el poeta Clement Moore, publicadas allí en Nueva York en la primera mitad del siglo XIX, que describen a San Nicolás basándose en la tradición holandesa.
- Los grabados satíricos que de San Nicolás hizo Thomas Nast en la segunda mitad del siglo XIX, basándose en las obras de Irving y Moore. La naciente impresión a color le vistió de rojo, el color más llamativo de los primarios.

Algo se va pareciendo...
- Una campaña publicitaria de Coca-Cola allá por los años 30 que por manos del pintor Habdom Sundblom le vistió de nuevo de color rojo (color corporativo) y le puso su barba cana y larga y su cara de bonachón borracho, basándose en los grabados de Nast.

¡Ahora sí que me suena!
- Y por supuesto la magna industria de Hollywood haciendo el resto de la propaganda en las películas navideñas. Basándose, claro está, en la imagen impuesta por la compañía del brebaje gaseoso, que hacía (y sigue haciendo) product-placement de esa manera.
Y lo peor de todo, este engendro llamado Papá Noel o Santa Claus, que no se corresponde en nada con el santo del que se inspira, acaba imponiéndose a tradiciones locales como la de los "reyes magos de oriente" propia de esta parte del planeta desde donde desmitifico. Que aunque no tenga fundamento alguno, tradición propia sí que es. Será que el viejo gordinflón rojo sale más rentable. Debe ser un milagro, el milagro de la cultura americana. ¡Jou jou jou!
San Elvis, patrón de los extraterrestres.